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Entre los trastornos de la dimensión afectiva podemos clasificar la personalidad obsesiva. El patrón dominante de ésta es la duda, que genera emociones de insuficiencia y obliga a controlar y corregir permanentemente los propios actos. En grado extremo, al individuo obsesivo le asaltan ideas absurdas que se imponen involuntariamente e impelen a una conducta ritualística de verificación. En condiciones normales la obsesividad mantiene un cierto equilibrio con  el ritmo evolutivo vital de la persona. No obstante, la apariencia del individuo obsesivo compensado se caracteriza por una importante limitación de la expresividad emocional.

 

 

La personalidad obsesiva puede derivar a una neurosis, que es lo que conocemos como los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC). Éstos se caracterizan por el sentimiento de compulsión subjetiva a mantener una idea o llevar a cabo una acción. Tales estados son imposiciones reiterativas que se sienten partir de uno mismo, aunque por otro lado se consideren ajenas a la personalidad y, por lo general, absurdas y faltas de sentido, por lo cual con frecuencia dan lugar a que se mantenga contra ellas una lucha interna.

 

Todos estos fenómenos obsesivos no tienen una causa u origen único, es decir, que la etiopatogenia de esta enfermedad no es definida, debería analizarse en cada caso el predominio de factores biológicos o psicológicos.

 

 

El trastorno obsesivo-compulsivo es el cuarto trastorno psiquiátrico entre los más frecuentes. Además, es una enfermedad crónica e incapacitante que afecta negativamente en la función académica, ocupacional, social y familiar de los pacientes. Sin embargo, no se tiene mucha información acerca de la calidad de vida y la discapacidad de los pacientes. Por ello, el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo realizó un estudio titulado: ‘Calidad de vida y discapacidad en pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo’ en el que se evaluó a 36 pacientes con TOC en tratamiento, con el propósito de describir la situación de los pacientes españoles con esta enfermedad y compararla con la de la población general y otros grupos de pacientes. La conclusión fue que la calidad de vida de la población española con TOC era peor que para cualquier otro grupo de pacientes, excepto los esquizofrénicos.

 

Para más información y ampliación acerca de este estudio aquí teneis el artículo original.

 

 

PERSONALIDAD OBSESIVA Y TOC

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